Hoy, después de varios traspiés con personas que nunca había pensado que fueran a buscar este tipo de situaciones y ante los comentarios de un posible revés en la enseñanza del centro público del que soy docente, se me viene a la cabeza esta idea:
¿Por qué habrá individuos que cada mañana al levantarse y poner un pie en el suelo, sólo estén pensando en cómo hacer daño al prójimo? ¿Qué sentimientos les moverán a ejecutar el mal? ¿Qué malas experiencias habrán sufrido para llegar a convertirse en seres tan despreciables?
O lo qué es peor, que sólo el hecho de ser así, les llene de vitalidad y les dé fuerzas para seguir día a día fastidiando la existencia a personas que en muchos casos ni los conocen ni quieren tener el gusto.
Es increíble como camina esta sociedad, mientras unos nos empeñamos en sumar todos los días, otros quieren sumar a costa de restar, y eso al final hace que no vayamos hacia adelante, que no avancemos, que no seamos una sociedad que piense en el futuro de la humanidad o tan siquiera en el futuro de los suyos, sólo miran por su interés y por salir beneficiados en todo lo que hacen en el momento, eso al final resta al conjunto de la sociedad.
Es desesperante y humillante como tienes que aceptar las injusticias de una manera natural y sin aspavientos, con el miedo de que tu te conviertas en su próximo objetivo, y por ello debas mirar al suelo y nunca poder mirarlos a los ojos y decirles lo que realmente se merecen: la verdad. Lo que necesitan oír, para que si conservan un poco de dignidad, rebusquen en su interior y reaccionen antes de que el mal les consuma por completo.
Yo me pregunto, ¿el infierno está en el más allá o realmente está más cerca de lo que nos pensamos, en los corazones de este tipo de personas que sólo buscan y tienen como fin único que nos quememos con ellos, por no saber por sí mismos llevar una vida más positiva y alegre?
Tomemos ejemplo de los niños y niñas y su convivencia en las aulas. El cómo las personas están por encima del color de piel, de las ideas, o del sexo, raza o religión. Qué bueno sería que todo este tipo de personas bajarán al barro y se implicarán de verdad con los problemas reales de nuestro día a día. Nos iría mejor a todas y todos y a lo mejor ellos descubrirían que el País de las Maravillas o el de Nunca Jamás está más cerca de lo que parece.
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