Mejor imposible: Empatia y Asertividad.
Sinopsis
La acción se centra en la relación de tres personajes: Melvin un escritor neurótico que a través de ciertas circunstancias va cambiando su hábitos de vida. Carol una mujer que vive condicionada por la enfermedad de su hijo y Simon, pintor homosexual, que es vecino de Melvin.
Análisis
En la primera escena que analizamos podemos apreciar la neurosis del protagonista, su falta de capacidad para relacionarse, le molesta el contacto con la gente, evita hablar con el vecino, odia al perro, etc. En la escena del restaurante es en la que vamos a detenernos para ver las actitudes que Melvin y las/os comensales adoptan. El primero con una actitud agresiva, demuestra un claro menosprecio hacia ellas/os, que por su parte adoptan una actitud pasiva, es decir, se dejan avasallar, no defienden sus derechos.
A lo largo de la película vemos que Melvin sigue con una postura agresiva, intentado que sus derechos primen sobre los del resto de las personas. La actitud de Carol, la camarera, por el contrario es asertiva, es una mujer que defiende sus derechos, no se deja avasallar por la postura agresiva de Melvin.
Otra actitud a destacar es la falta de empatía del protagonista. Va a la editorial a pedir un favor pero no presta atención a la directora, no le importa si ella está contenta con lo que su hijo ha conseguido, no se pone en su lugar. Vemos también cómo menosprecia a la secretaria con una actitud despreciativa y misógina.
En la escena del coche la actitud de Carol es empática cuando escucha a Simon, su forma de escuchar es activa, le mira, afirma con la cabeza, para el coche para prestarle toda la atención. Melvin, por el contrario, demuestra una vez más su falta de empatía, dice más o menos “te gustan los dramas, quieres oír el mío…”, de nuevo es una persona que sólo se preocupa de sí mismo.
No vamos a desvelar el final de la película, que merece la pena ver, pero si señalar cómo el protagonista va cambiando sus actitudes, va adquiriendo unas habilidades sociales de las que carecía al principio, lo que implica que las habilidades sociales se pueden aprender, que no vale decir “yo no puedo, yo soy así, etc.,” para justificar nuestras actitudes.
Las habilidades sociales son conductas que nos facilitan la relación con los demás. Son destrezas adquiridas o aprendidas, no un rasgo de la personalidad. Siempre es posible cambiar, aprender actitudes que faciliten nuestras relaciones, tanto personales como profesionales. La asertividad es una habilidad social que nos permite expresar nuestros sentimientos y opiniones y defender nuestros derechos respetando los ajenos.
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