Han pasado ya 10 días. De recuerdos que viví aquel viernes 14 de junio de 2013 y que me será muy difícil olvidar. Tanto, que no sido capaz de expresar nada, quizás por no despertar del sueño y vivir el momento cada vez que cerraba los ojos.
Esa mañana me disponía a volver a clase después del recreo, fue una mañana en la que algo rondaba mi cabeza, pero no podía adivinar la gran sorpresa que me tenía preparada el destino. Al entrar en el aula, vi a dos compañeros con cámara en mano grabando el momento, y desde ahí subí a la nube y creo que todavía no he tocado el suelo. La clase, el grupo, las alumnas del CFGS de Educación Infantil del Teresa Enriquez, aquellas que vi por primera vez allá por octubre, personas llenas de ilusiones por aprender, formarse, titular y buscar una salida laboral en el maravilloso mundo de la educación del futuro del mañana: nuestros pequeños.
EL GRUPO cantando al unísono un rap preparado para la ocasión con su caracterización y todo (con el punto rojo en su solapa, Japón quizás, jajaja), me sorprendió con sus letras llenas de emotividad y ritmo, hasta bailes se marcaban y que alegría despertaban. A continuación una poesía narrada heló mi alma y mi corazón se encogió. Sólo el bloqueo impidió que las lágrimas brotaran de mis ojos, esto lo dejé para el camino de vuelta a casa. Con una banda me engalanaron con el título de "Mister Fenómeno", porque será, jejeje.
Además, me obsequiaron con un reloj que desde ese momento me acompaña, una mochila para sustituir a mi vieja compañera, una tarta de chuches del Atlético de Madrid (somos los mejores) y un balón de fútbol firmado por todas con un símbolo de nuestras historias, el punto rojo de Oliver Twist (Aton para el o la que me entienda). Todo venía dentro de una caja grandísima, adornada con las fotos (recuerdos) de todas nuestras vivencias durante el curso. Y tras terminar, el éxtasis, una gran pancarta con la palabra GRACIAS acompañada de las palabras INTEGRACIÓN, RESPONSABILIDAD, ILUSIÓN, ESFUERZO, VALENTÍA Y RESPETO expuestas en unos murales extraordinariamente bonitos. No merecía tanto, era demasiado premio para un humilde soñador que ama su profesión y que por ello se entrega día a día en esta maravillosa tarea que es la de guiar a un grupo de personas en su proceso de enseñanza-aprendizaje. Creerme que me habéis regalado momentos y vivencias inolvidables durante el curso y me habéis enseñado muchísimo este curso. Y esas palabras expuestas por vosotras en realidad, REPRESENTAN LOS VALORES QUE TRANSMITÍS CUANDO ATRAVIESO LA PUERTA DE CLASE CADA DÍA.
Para finalizar compartimos unos aperitivos preparado por las alumnas y disfrutamos de diferentes tipos de bailes regionales y otros no tanto con los que nos deslumbraron las artistas de la clase.
Tal como está el mundo de la educación y después de sentirnos perseguidos por nuestra labor, sólo me queda decir que estoy orgulloso de la profesión que desempeño y que por estos momentos y otros imborrables, merece la pena luchar y defender la educación como un derecho de todos y todas las personas que habitamos este planeta. Que nunca perdamos la dignidad y que seamos capaces cada día de levantarnos con la ilusión necesaria para afrontar la profesión en la que trabajamos, si somos capaces de eso, estaremos en situación de poder cambiar las cosas y de construir un mundo mejor. Los retrocesos sólo disminuyen nuestra capacidad de soñar y frenan nuestra capacidad de crecer como individuos y como sociedad.
Os deseo todo lo mejor, en lo personal y en lo profesional, creo que ha nacido una bonita amistad entre el grupo de clase, no lo desaprovechéis y vivir y disfrutar de todos los buenos momentos que se os presenten. He sido muy feliz a vuestro lado y yo he vivido todos con la mayor intensidad posible. Me habéis hecho creer que esto puede cambiar y que entre todos si creemos podemos.
"Ojalá el próximo curso sigamos juntos y podamos seguir explorando el maravilloso mundo de la Educación Infantil a través de los módulos ofertados, hasta entonces pasarlo bien y que la fuerza os acompañe".
José Ángel.