martes, 9 de julio de 2013

Se tú, e intenta ser feliz. Pero sobre todo, se tú.

Esta frase es la que me repito desde que se que me han suspendido. Ahora entiendo la frase que tanto he oído a escolares, estudiantes y universitarios cuando algo no les cuadraba en exámenes o pruebas que realizaban.

Hoy, he vivido esto. No entiendo como ante las explicaciones de dos miembros de un tribunal que me decían que una parte estaba regular y que la otra además de extensa estaba muy bien y que sólo le faltan dos puntos, era suficiente como motivo de suspenso. No entiendo, como por sus explicaciones, un examen que constaba de dos pruebas y en las que estoy seguro de que he superado ambas, ME SUSPENDEN, y encima con una nota muy baja. Me supera, cada vez confío menos en la raza humana, y sobre todo en los que se someten a unos ideales que buscan la reducción y la indefensión.

Muchas y muchos de mis compañeras y compañeros están en la misma situación que yo, y espero que no bajen los brazos y no se desanimen por una nota numérica que pretende marcar nuestro destino. Un destino predeterminado por una subjetividad llevada a los extremos más rancios de la razón humana.

El tiempo pasará y cada uno ocupará el lugar que le corresponda, en ese momento aquellos y aquellas que se involucraron en estas malas artes tendrán su merecido moral y seguro que vivirán en sus carnes las atrocidades que han hecho en estos días de oposición.

Espero y deseo que la vida les guarde un largo camino y que cuando lo sufran, valoren que una vez tuvieron la oportunidad de cambiar las cosas y no quisieron, convirtiéndose en cómplices de un sistema que no busca el derecho de justicia sino el de crueldad y abolición.

Siento que para unas y unos pocos sigamos siendo números y no personas. Mientras esto no cambie, no habrá arreglo posible. Lo bueno, que a pesar de mi rabia contenida y mi frustración para mis verdugos, supe seguir siendo yo, esto es lo más importante y lo que dignifica lo que defiendo como ser humano.